El director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo, aseguró que el rol del presidente de Brasil, Luiz Inacio “Lula” Da Silva, puede ser determinante el cierre del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
Explicó que dio señales importantes hacia adentro del bloque, pero también de relevancia para el viejo continente.
Asimismo, se refirió a la coherente posición de Uruguay y del presidente Luis Lacalle Pou, pero tuvo reparos con el avance del Tratado de Libre Comercio (TLC) con China.
En diálogo con ComexLatam, Munyo destacó que hay que ir paso paso porque un acuerdo con China le hace “ruido” a la UE.
¿Qué opina acerca de la posición insistente del presidente Lacalle Pou en cuanto a flexibilizar el Mercosur?
Yo lo que veo es que el presidente sigue la línea que se había planteado y que es la misma que se venía planteando en gobiernos anteriores, de lograr una mayor flexibilización del Mercosur para poder tener la posibilidad de que Uruguay busque acuerdos en otros mercados. Es una postura histórica de Uruguay que, lamentablemente, no se ha podido plasmar, no por voluntad de Uruguay sino por el resto del Mercosur. Cambian los actores, cambian los escenarios y los tonos de lo que se habla pero, en el fondo, estamos igual. No hay cambios, más allá de un análisis de factibilidad cerrado con China, una carta de petición de admisión al Tratado Transpacífico e intenciones de hacer un TLC con Turquía. Pero en los hechos, no hay nada. Lo que sí hay en concreto, y me parece muy importante, es el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
¿Considera que hay avances en ese sentido?
Hay un acuerdo firmado que debe ser ratificado a la brevedad por el Parlamento europeo y por los países del Mercosur. En la medida que se pueda avanzar con eso, creo que sería una buena noticia. En su momento, en 2019, cuando esto surgió con fuerza, lo analizamos a fondo y concluimos que era muy bueno para Uruguay y para todo el Mercosur. En ese sentido, me alegro de que (el presidente de Brasil, Luiz Inacio Da Silva) Lula haya enfatizado la importancia de cerrar rápidamente ese acuerdo y que entre en vigencia lo antes posible porque, una vez ratificado el acuerdo, los plazos no son automáticos. Son cinco años para la carne, por ejemplo.
El proceso de este acuerdo ha tenido distintos momentos de acercamiento y alejamiento ¿Qué tan viable es en la actualidad?
Creo que se avanzó fuerte en 2019 cuando se llegó al acuerdo, después se enfrió y se metió en un cajón, fundamentalmente por iniciativa de Francia, cuando encontró la excusa de los incendios del Amazonas para ponerlo en el freezer, donde estuvo mucho tiempo hasta que la guerra de Ucrania lo sacó. Esta guerra fue clave porque demostró que Europa no puede depender más de esa zona en materia de alimentos y de energía. Por lo tanto, le abrió los ojos y necesita mirar hacia América Latina con más interés. Ahora España asume la presidencia del Consejo Europeo, en el segundo semestre de este año, y se dice que va a querer firmar el acuerdo. Y por algo se está apurando también Lula, que ha sido clave.
¿Cree que el rol de Lula puede ser determinante para que el acuerdo se firme?
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no era una persona muy respetada en la UE y, de hecho, se le asignaban todos los problemas relacionados con cuestiones ambientales, con o sin razón. En cambio, Lula es una persona muy bien bienvenida en la UE y las señales que ha dado hablan de eso, lo que me parece muy importante. También me parece muy importante lo que dijo Lula de que primero hay que cerrar el acuerdo con la UE y después hablar de China.
¿En qué sentido?
En el fondo, lo de China hace mucho ruido en la UE. Hay que tener claro que la guerra geopolítica de hoy no es EEUU contra China; sino que es EEUU y Europa contra China. Y Europa está tremendamente preocupada por la situación china. Nosotros hemos hablado con operadores de la UE y nos han dicho que les preocupa que el Mercosur negocie con China, lo que podría trancar el acuerdo con la UE. Por lo tanto, esto es consistente con esa visión que nosotros teníamos y con lo que dijo Lula, acerca de cerrar primero el acuerdo con la UE y después veamos lo de China. Paso a paso, concretemos lo que ya está y sin generar ruido, porque lo de China le genera ruido a Europa.
¿Cuál era la posición de los gobiernos anteriores a Bolsonaro con respecto al acuerdo con la UE?
En el gobierno anterior de Lula no se había avanzado mucho, como si se hizo cuando estuvo Temer y Macri en Argentina. Luego siguió con Bolsonaro porque se entendió que venía una cabeza más aperturista y se apretó el acelerador con la UE. Luego, con la llegada de Alberto Fernández a la presidencia de Argentina, se le quiso dar marcha atrás y desde la Casa Rosada se pretendía que Lula fuera su aliado. Sin embargo, Lula entiende que esto es importante y que hay que hacerlo.
¿Cuál es la razón de la nueva postura de Lula?
La razón fundamental es que Brasil lo necesita. No es que Lula cambió de ideología, pero tampoco es necio. Podría ser más cerrado en su pensamiento, pero la realidad es que Brasil lo necesita. El sector productivo de Brasil ha cambiado mucho. El tradicional sector de la industria proteccionista de San Pablo es más chico con relación al sector agroexportador que ha crecido hasta ser gigante y que necesita el acuerdo con la UE y con otros países. Lula entiende eso porque es lo que los empresarios le hacen llegar, claramente. No puede ir contra las necesidades del sector productivo en general de Brasil, que necesita este acuerdo. Lula es receptivo ante la coyuntura productiva de su país y ve como algo positivo cerrar lo antes posible el acuerdo con la UE, más allá de una ideología histórica que podría tener de cerrar el Mercosur. Me parece muy importante esto, es una buena noticia para Uruguay y ojalá que en el segundo semestre de este año se termine de ratificar en Europa. Estas señales son muy buenas hacia el viejo continente, que lo está mirando.