La exministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, Arancha González Laya, indicó que se necesitan enormes inversiones y políticas industriales más fuertes y comprometidas de parte de los países que tienen como prioridad la revolución tecnológica y la descarbonización para así impulsar un nuevo sistema de comercio internacional que sea más inclusivo y asegure una mejor distribución de los costos y servicios.
González Laya inauguró un ciclo de Conferencias Magistrales organizadas en el marco de la conmemoración del 75º aniversario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y manifestó su parecer en la conferencia titulada “Globalización, regionalización y los retos de la integración económica” en la región que este organismo de las Naciones Unidas.
Allí describió las perspectivas del comercio internacional, los desafíos que la región enfrenta en este nuevo contexto mundial y la necesidad de buscar un nuevo consenso internacional para el comercio y la economía, ya que el orden económico internacional ha ido sufriendo embates y transformaciones a lo largo de los años.
La experta lanzó, además, una serie de pistas sobre qué hacer para imaginar un nuevo sistema económico internacional.
En primer lugar se refirió a seguir tejiendo acuerdos internacionales para gestionar la interdependencia de manera multilateral para evitar que diferencias comerciales se transformen en guerras comerciales; que tenga que encontrar un nuevo equilibrio en tres cuestiones fundamentales: la seguridad nacional, las subvenciones públicas y el sistema de resolución de conflictos.
También puntualizó la necesidad de tratar cuestiones de microeconomía como el acceso a créditos para el comercio, medidas para ayudar a que las pequeñas y medianas empresas, que son el 98% de las economías, puedan participar también del comercio internacional; al igual que inteligencia comercial, infraestructura duradera y certificación de calidad.
González Laya se refirió también a la necesidad de medidas para que el comercio beneficie a todos, con coherencia de políticas públicas.
“Necesitamos estas reglas, porque sin ellas no podemos garantizar la igualdad de oportunidades de todos los miembros de la comunidad internacional de la economía. No basta que el comercio sea posible, hay que trabajar para que ocurra”, aseveró.