La tensión entre Paraguay y Argentina por asuntos de la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP) lejos está de disiparse, porque mientras se intenta avanzar en un asunto, aparece otro que complica cada vez más el diálogo y, en especial, la fluidez del comercio paraguayo a través de la vía navegable.
Esta vez, el gobierno argentino aumentó la presión sobre los controles aduaneros en las embarcaciones con bandera guaraní, según publicó el medio digital lapolíticaonline.com.
En ese sentido, pasado sábado la aduana argentina desplegó “un equipo de Control Fluvial junto a agentes de Prefectura para inspeccionar a fondo el material transportado por buques paraguayos -incluso con perro antidroga-, generando la previsible molestia de la administración de Peña”, informó el medio mencionado.
Asimismo, sostuvo que el gobierno del presidente Alberto Fernández asegura que “gracias a sus menores costos laborales e impositivos, la flota paraguaya se queda con casi todo el transporte en la vía fluvial, mientras que a Argentina le queda el costo de mantener la Hidrovía dragada y baliza”.
Este nuevo escollo para las embarcaciones paraguayas llega luego de un desacuerdo registrado a alto nivel, luego de la reunión del ministro de economía argentino, Sergio Massa, y el presidente paraguayo Santiago Peña.
En ese momento, las versiones oficiales del resultado de la reunión fueron diametralmente opuestas desde los gobiernos de uno y otro país.
Paraguay anunció que se había acordado la suspensión del cobro del peaje en el tramo Santa Fe-Confluencia de la HPP y argentina contradijo la versión, generando malestar en Asunción.
Segùn consigna lapolíticaonline.com, para el gobierno de Peña “el endurecimiento de los controles aduaneros es la respuesta argentina a la reunión de la Comisión Intergubernamental de la Hidrovía (CIH)”, Paraguay se hizo sentir con un nuevo rechazo al peaje y con el apoyo de Uruguay, Bolivia y Brasil.