El proyecto Complejo Portuario Itaporto offshore y aduanero prevé un puente que se adentra en aguas profundas del océano Atlántico, con 74 puntos de embarque para grandes buques mercantes y áreas de carga, descarga, almacenamiento, despacho y procesamiento que abarcan a seis municipios brasileños y vías de conexión terrestres, marítimas y fluviales para conectar cinco países entre el Atlántico y el Pacífico.
La responsable de semejante emprendimiento es la Agencia de Desarrollo Regional del Nordeste del Estado de Río de Janeiro, en Carapebús, unos 150 kilómetros al nordeste de Río de Janeiro. En tanto, la inversión prevista es de US$ 65.000 millones.
Según informó diarionorte.com el proyecto incluye un complejo ferrovial con dos vías que se interna 20 kilómetros en el mar, por lo que dispondrá de 40 kilómetros de muelles, capaces de permitir el atraque de hasta 74 grandes cargueros de tipo Panamax, VLCC y ULCC, los más grandes del mundo, con sus respectivas áreas de carga y descarga a granel y en contenedores.
La megaobra de Itaporto cuenta con una notable ventaja competitiva como la de ser construido directamente sobre aguas profundas, por lo que no requerirá de dragado.
El proyecto se destacó durante el Primer Encuentro de Ciudades-Puerto y Comunidades de Borde Costero, con diversos actores institucionales y expositores de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile y Paraguay, donde discutieron asuntos relacionados con infraestructura portuaria en varios países sudamericanos y en los que se manejó el objetivo de unir los océanos Atlántico y Pacífico a través del corredor bioceánico.
En ese sentido, se entendió que el complejo Itaporto de Carapebús será la mayor infraestructura portuaria del mundo, con instalaciones basadas en seis ciudades para expandir la logística y solucionar problemas de almacenamiento y distribución de contenedores.
La economía de esta región se basa en el cultivo de la caña de azúcar y se espera que esta obra ayude a diversificar y a mejorar el procesamiento y la exportación. El proyecto prevé conexiones con puertos fluviales de toda la región, hasta llegar al túnel de Agua Negra, en San Juan, para conectar con Chile y su puerto de Coquimbo, completando el llamado Corredor Bioceánico.