Situación geográfica, acuerdos comerciales, recursos naturales y un ecosistema sectorial que ya se mueve por sí mismo en el país han hecho que Marruecos sea la nueva locación elegida por China para producir las baterías de sus coches eléctricos.
Según informó el portal eleconomista.es, el grupo chino Gotion High-Tech anunció la instalación de una “gigafactoría” con una inversión de € 1.200 millones, cuya producción estará destinada a la exportación con destino a los mercados de Europa, África y América.
La noticia llegó como la última de una serie “de al menos seis empresas del gigante asiático que instalarán fábricas relacionadas con este producto, apoyadas por el gobierno marroquí, que apuesta por convertir el país en referente en este campo”.
En ese sentido, cabe recordar que para llegar a estas inversiones se ha recorrido un camino de dos años de conversaciones y relaciones comerciales entre ambos países.
En este caso, Marruecos ya acoge a otros grandes de la industria, pues produce 700 mil coches anuales Stellantis y Renault.
Marruecos tiene condiciones naturales que atraen a los inversores chinos de este rubro, ya que el país africano tiene importante extracción de materiales como fosfatos, manganeso y cobalto, materias primas fundamentales para las baterías.
De todas maneras, el director de Inversión de Marruecos, Hicham Chaoudri, indicó que esa no es la única bondad que ofrece su país para atraer los capitales chinos, sino que hay otros motivos que juegan un gran papel, como la “estabilidad económica y política del país, y sus infraestructuras”.
Asimismo, destacó la “mano de obra joven y cualificada” y los acuerdos de libre comercio, entre los que se destacan los existentes con la Unión Europea y EEUU.