El proyecto argentino de Vaca Muerta Sur, encabezado por la petrolera local YPF, dio un paso crucial con el inicio de las tareas de movimiento de suelo en Sierra Grande, en la provincia de Río Negro. Este desarrollo promete no solo modernizar la infraestructura energética de Argentina, sino también consolidar al país como un referente en el mercado internacional.
Según datos publicados por el portal InfoEnergía, los primeros equipos de maquinaria pesada, como camiones volcadores, motoniveladoras y grúas, ya están operativos en la zona. Estas herramientas son esenciales para preparar el terreno y construir caminos, marcando el comienzo de un proyecto ambicioso que también incluye una terminal portuaria estratégica en Punta Colorada.
El oleoducto, con una capacidad proyectada de 275 mil barriles diarios, busca facilitar la exportación de crudo argentino y generar ingresos de aproximadamente US$ 15.000 millones anuales. Además de sus beneficios para la industria petrolera, el proyecto se perfila como un motor económico que creará miles de empleos y dinamizará sectores como la construcción, la ingeniería y la automatización.
Con un cronograma que apunta a iniciar operaciones en 2027, el consorcio liderado por YPF cuenta con la colaboración de empresas como Vista, Pan American Energy, Pampa Energía y Pluspetrol. Próximamente, gigantes como Chevron y Shell podrían sumarse como socios estratégicos.
En paralelo, las comunidades cercanas se preparan para una transformación significativa en términos de desarrollo económico y social. Aunque el proyecto enfrenta desafíos ambientales, las autoridades han enfatizado su compromiso con altos estándares de seguridad y sostenibilidad.
La puesta en marcha de Vaca Muerta Sur no solo marca el inicio de una nueva etapa para la Patagonia, sino también para el posicionamiento de Argentina como protagonista en el escenario energético global.