Las dos mayores compañías de transporte de contenedores del mundo, Maersk y Mediterranean Shipping Company (MSC), han iniciado una feroz competencia por liderar el sector, tras la disolución de su alianza comercial 2M el pasado 31 de enero.
Ambas navieras presentan estrategias opuestas para afrontar los retos de la industria, marcados por la caída de las tarifas y los constantes retrasos en las entregas.
Según una publicación de El País de Madrid, Maersk, que históricamente ha dominado el puerto de Aarhus en Dinamarca, sufrió un golpe inesperado cuando el contrato para la nueva terminal fue adjudicado a su rival MSC. Este hecho ha intensificado la rivalidad entre ambas compañías, que buscan formas diferentes de optimizar el transporte marítimo global.
MSC, con sede en Ginebra, se ha autoproclamado como una «transportista sin alianzas» y se posiciona como el único gigante oceánico que opera en solitario. Su liderazgo se expande con la incorporación de nuevos barcos, apostando por la cobertura de rutas tradicionales con más escalas directas en los puertos.
Por otro lado, Maersk ha optado por un modelo de integración logística terrestre y marítima, formando la alianza Gemini Cooperation con Hapag Lloyd. Su estrategia prioriza la puntualidad en las entregas y la eficiencia en los tiempos de tránsito, con menos rutas directas pero mayor control sobre los centros logísticos.
El desenlace de esta disputa tendrá un impacto significativo en el comercio global, dado que MSC controla más del 20% de la capacidad mundial de contenedores, mientras que Maersk mantiene una cuota del 14%.
Los analistas advierten que la competencia entre ambas compañías podría desencadenar una guerra de precios, en un contexto de incertidumbre geopolítica y exceso de capacidad en la industria. Mientras MSC mantiene su enfoque tradicional con más escalas y mayor flexibilidad operativa, Maersk apuesta por un modelo más estructurado que busca reducir costos y mejorar la confiabilidad del servicio. El tiempo dirá cuál de estas estrategias se impondrá en la carrera por la supremacía del transporte marítimo.