La escalada comercial entre Estados Unidos y China sigue intensificándose, generando incertidumbre en el sector del transporte marítimo global.
Tras la entrada en vigor del nuevo paquete arancelario impuesto por la administración de Donald Trump, Pekín ha reaccionado con medidas equivalentes, aumentando la tensión entre ambas potencias económicas.
Según informó el portal Splash 247, a partir de esta medianoche, los productos chinos que ingresen a Estados Unidos enfrentarán un arancel del 10%. Como represalia, China anunció la aplicación de nuevos gravámenes a productos clave provenientes de Estados Unidos, incluyendo un arancel del 15% al gas natural licuado (GNL) y al carbón, y del 10% a maquinaria agrícola, petróleo y automóviles de gran cilindrada. Estas medidas entrarán en vigencia el próximo lunes.
Mientras tanto, Trump ha mostrado flexibilidad con otros socios comerciales. En una acción contrastante, el mandatario estadounidense anunció la suspensión por 30 días de los aranceles planificados para México y Canadá, alegando que ambos países aceptaron fortalecer la seguridad en sus fronteras con Estados Unidos.
El impacto en el transporte marítimo es evidente. Según datos de Clarksons Platou Securities, los sectores más afectados por la primera guerra comercial de Trump fueron los graneles secos, en particular los granos y productos de acero, seguidos por el GNL y el GLP.
Durante esa etapa, China redujo sus importaciones de productos agrícolas estadounidenses y aumentó la compra de granos a Brasil, mitigando el impacto en las toneladas-milla netas.
El comercio global podría verse nuevamente afectado, ya que Trump ha sugerido que su próximo objetivo arancelario será la Unión Europea. Se espera que el presidente estadounidense dialogue con su homólogo chino, Xi Jinping, a finales de esta semana, en un intento de calmar las tensiones comerciales que podrían redefinir el panorama económico mundial.