La creciente disputa comercial entre Estados Unidos y China está redefiniendo el panorama del comercio agrícola global, colocando a Brasil en una posición estratégica. Con la imposición de aranceles de hasta 15% por parte del gobierno chino sobre productos agrícolas estadounidenses, se abrió una nueva ventana de oportunidades para los exportadores brasileños, que podrían afianzar su papel como principales proveedores del gigante asiático.
De acuerdo con información revelada por AgroLatam, el impacto de estos aranceles ya se está reflejando en el mercado. La prima de exportación de la soja brasileña alcanzó su punto más alto en lo que va del año, según dijo el analista de Agrinvest, Eduardo Vanin.
Al mismo tiempo, un informe del banco Santander advierte que China incrementará su demanda de granos y proteínas de Brasil, lo que no solo beneficiará a los productores locales, sino que también podría generar una caída en la demanda y precios de los commodities en Estados Unidos.
Esta situación recuerda lo ocurrido durante la primera guerra comercial entre ambas potencias bajo la administración del presidente estadounidense Donald Trump. En ese entonces, los agricultores del país norteamericano vieron reducida su participación en el mercado chino, mientras que Brasil se consolidó como su principal proveedor de soja.
Ahora, con una nueva ronda de restricciones, se espera que esta tendencia se profundice aún más.
Analistas de Itaú BBA sostienen que cualquier aumento en la demanda china fortalecerá las exportaciones brasileñas, impulsando los precios de los productos agrícolas.
En ese sentido, se empresas como SLC Agrícola y BrasilAgro podrían verse especialmente beneficiadas, ya que una mayor demanda significaría ingresos más altos y mejores márgenes de ganancia.
Sin embargo, este crecimiento en las exportaciones también trae desafíos para el mercado interno. Una menor disponibilidad de granos en Brasil podría elevar los costos de producción para la industria cárnica, afectando a grandes compañías como JBS y BRF, que dependen del maíz y la soja para alimentar a su ganado.
A su vez, el encarecimiento de los insumos podría traducirse en un alza en los precios de los alimentos, impactando directamente a los consumidores brasileños.
En este contexto, la inflación en el sector de alimentos y bebidas ha mostrado una tendencia al alza. Datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indican que en 2024 este rubro experimentó un incremento del 8%, mientras que en enero de 2025 los precios aumentaron cerca del 1%, marcando el quinto mes consecutivo de suba.
Ante este escenario, el Banco Central de Brasil ha advertido que la escalada en los precios de la carne podría dificultar los esfuerzos por controlar la inflación y el costo de vida.
Por ello, y con la intención de mitigar estos efectos, el vicepresidente Geraldo Alckmin tiene previsto reunirse con representantes de la industria alimentaria con el objetivo de analizar posibles medidas para contener el alza de los precios.
No obstante, los expertos coinciden en que la reconfiguración del comercio global ofrece a Brasil una oportunidad única para consolidar su liderazgo en la exportación de commodities.
Las proyecciones para 2025 son alentadoras: se estima que la producción de soja alcanzará las 170 millones de toneladas, con exportaciones que podrían superar los 100 millones de toneladas.
Además, el sector cárnico también espera un crecimiento significativo. El presidente de la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA), Ricardo Santin, destacó que Brasil seguirá ganando participación en el comercio internacional, ofreciendo volúmenes récord y precios competitivos.
Por su parte, el consultor en agronegocios Carlos Cogo, señala que la creciente demanda china continuará favoreciendo a Brasil como su principal proveedor.
“China seguirá apostando por Brasil para garantizar su abastecimiento de alimentos, mientras que los productos estadounidenses pierden competitividad debido a los aranceles», explicó.
En un contexto donde la geopolítica está redefiniendo las dinámicas del comercio mundial, Brasil emerge como un actor clave con la posibilidad de consolidarse aún más como líder en la exportación de alimentos y commodities.