Los Estados miembros de la Unión Europea (UE) han decidido mantener los aranceles a los vehículos eléctricos de fabricación china, medida que llega tras la propuesta de la Comisión Europea (CE), de imponer derechos compensatorios definitivos, y es considerada como perjudicial para el comercio internacional.
Las primeras críticas surgieron de parte de los fabricantes de automóviles alemanes, pero también se expresó preocupado el sector cárnico español, debido a las posibles consecuencias de las negociaciones con el gigante asiático.
La votación sigue a meses de debates entre los países miembros, muchos de los cuales expresaron posturas divergentes sobre el aumento de los aranceles.
La medida se justifica por los subsidios que, según la UE, benefician injustamente a los fabricantes chinos y representan una amenaza para la industria automotriz europea.
Preocupación en el sector cárnico
Según informó el portal Eurocarne, el sector cárnico europeo, particularmente en España, entiende que la disputa comercial con China puede afectar sus exportaciones. En ese sentido, el director de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), Giuseppe Aloisio, señaló que aunque esperaban que se exploraran otras medidas diplomáticas, ahora solo queda esperar las consecuencias, que podrían impactar negativamente al sector porcino.
En tanto, desde la Asociación Empresarial Cárnica (Anafric), su presidente José Friguls ha subrayado la necesidad de resolver el conflicto mediante la negociación, advirtiendo que el sector porcino europeo no debería pagar las consecuencias de la disputa comercial.
La asociación confía en que las relaciones con China no se deterioren y que los productos cárnicos españoles no sean objeto de aranceles.
Por su parte, la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic) también ha mostrado inquietud ante el posible impacto colateral de la decisión de Bruselas. Ignasi Pons, secretario general de la asociación, indicó que el sector cárnico podría verse afectado por una decisión que consideran perjudicial, pese a los esfuerzos realizados por las empresas para mantener buenas relaciones comerciales con China.
La situación sigue siendo incierta, y tanto el sector cárnico como los gobiernos europeos esperan que la Comisión Europea y China logren encontrar una solución diplomática antes de la fecha límite, fijada para el 30 de octubre de 2024.