Abrirse al mundo. Con este concepto bien puede resumirse una de las mayores coincidencias de las últimas décadas entre los gobiernos de Uruguay y Argentina, pues ambas partes estuvieron de acuerdo en que el futuro del Mercosur es con mayor apertura.
La posición de Uruguay no es nueva y el hincapié hecho por el presidente Luis Lacalle Pou no hace más que mostrar la insistencia y el convencimiento del mandatario en el rumbo a seguir.
Lacalle Pou ha planteado dialogar en otros términos con otros mercados, incluso se ha puesto firme en más de una oportunidad en cuanto a las conversaciones bilaterales con países como China y Estados Unidos y al relacionamiento que pretende su país con los grandes mercados.
Hasta ahora siempre ha encontrado obstáculos, especialmente de Argentina y Brasil, que han llevado incluso a cruces de palabras como el protagonizado con el entonces presidente argentino, Alberto Fernández.
Lacalle Pou volvió a insistir con China y dijo que durante el ejercicio de la presidencia pro tempore (que volvió a Uruguay), se retomará el diálogo con el gigante asiático.
En ese sentido, aseguró que no fue caprichosa la iniciativa de su país de mantener conversaciones bilaterales.
“Hay que abrirse al mundo”, dijo mientras mencionaba el cambio de visión de Argentina. “Saquémonos esas mochilas que nos pesan para alinearnos con el resto del mundo”, agregó..
En sintonía
En la misma línea de pensamiento, la canciller argentina, Diana Mondino se refirió a la libertad, a la velocidad con que se mueve el mundo y a la flexibilización del bloque.
“El Mercosur dejó de ser una válvula de escape para volverse un corsé que nos inmoviliza, que no hace más que magnificar los problemas domésticos. Debemos tener perseverancia y flexibilidad”, dijo la secretaria de Estado, quien destacó los cambios que ha planteado el gobierno del presidente Javier MIlei, al que representa.
“Sé que la situación de la Argentina es muy particular, y no teníamos autoridad moral para criticar un Mercosur cerrado, porque nosotros como país estábamos extremadamente cerrados. En pocos días se cumplirán siete meses desde que asumimos. Argentina había creado un sistema dañino de control de importaciones y terminamos con una inflación que viajaba a un ritmo del 17.000% anual, El último índice fue del 3,5%, es decir, el equivalente al 50% anual”, agregó.
Asimismo, subrayó el proceso de reforma del Estado en su país, el equilibrio financiero alcanzado y el reconocimiento de sus deudas.
“Les comparto esto porque nuestro objetivo es abrirnos al mundo y creemos que el Mercosur podría ser el camino”, aseveró.