Canadá enfrenta una crisis en sus cadenas de suministro debido al cierre de puertos clave en el este y el oeste del país. La situación amenaza con afectar la economía y la distribución de bienes esenciales, mientras las disputas laborales entre trabajadores y empleadores se intensifican.
El cierre de los puertos en Montreal y la costa de Columbia Británica, los más importantes de Canadá en cada extremo del país, ha generado un impacto directo en las cadenas de suministro nacionales e internacionales. Los trabajadores portuarios en Montreal, el puerto más grande del este, fueron despedidos luego de que una prolongada disputa laboral no mostró señales de resolverse. De manera similar, en Columbia Británica, los puertos llevan cerrados siete días debido a un conflicto laboral distinto, afectando la salida de mercancías hacia Asia y otras regiones.
Según informó el sitio Splash247, la Autoridad Portuaria de Montreal pidió la intervención del gobierno de Justin Trudeau para resolver el conflicto. Julie Gascon, directora general de la Autoridad Portuaria de Montreal, declaró el jueves pasado que, si bien “los mejores acuerdos se negocian en la mesa, no hay negociaciones en curso”. Por su parte, el ministro de Trabajo canadiense, Steven MacKinnon, ha expresado su apoyo a las negociaciones, pero lamentó que el proceso avance “a un ritmo insuficiente”, evidenciando una “preocupante ausencia de urgencia” de ambas partes.
Según la organización patronal, su última oferta incluía un aumento salarial del 3% anual durante cuatro años y un aumento adicional del 3,5% en los dos años siguientes, con efecto retroactivo a inicios de 2024. La propuesta estima que, al finalizar el contrato, el ingreso promedio anual de un estibador en Montreal superaría los 200.000 dólares canadienses. Sin embargo, el sindicato rechaza esta cifra, argumentando que no refleja el salario por hora real y que el promedio incluye horas extras y complementos.
A medida que los buques comienzan a acumularse en los puertos, la situación se vuelve cada vez más crítica. La demora en las operaciones de carga y descarga en ambas costas de Canadá ha generado una cadena de navegaciones en blanco desde Asia hacia el noroeste del Pacífico, previstas para principios de diciembre, ya que las embarcaciones no están regresando según lo programado.
La paralización de los puertos canadienses no solo afecta a empresas y consumidores locales, sino que también tiene un impacto global. La crisis amenaza con agravar los problemas de suministro durante la temporada de compras navideñas, lo que podría llevar al gobierno canadiense a buscar soluciones más drásticas si las negociaciones no avanzan en los próximos días.