El clásico del rock argentio lejos estaba de pensar en ser parafraseado por un sitio uruguayo hablando de temas portuarios.
Sin embargo, no es nuevo el “NO”, sino más bien una constante, que Uruguay viene recibiendo de parte de algunos gobiernos del vecino país en los últimos tiempos.
El eufemismo relacionado con la canción de Los Abuelos de la Nada fue utilizado por un empresario uruguayo de comercio exterior tras escuchar una de las participaciones argentinas en la última conferencia de la Comisión Interamericana de Puertos de la Organización de Estados Americanos (CIP-OEA).
La referencia es a los dichos de Florencia Carignano, una funcionaria del núcleo duro del kirchnerismo, quien no tuvo ningún prurito en asegurar que Argentina tiene que actuar “en detrimento” de los puertos uruguayos, lo que sorprendió -en parte- porque esa exposición tuvo lugar en una conferencia que pretendía incentivar la integración de los puertos y en la que la propia Argentina ofició de anfitrión.
Carignano, además de ser directora nacional de Migración, también ocupa el cargo de segunda vicepresidente del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable troncal de la Hidrovía Paraguay-Paraná, en representación del Ministerio del Interior.
La frase resonó en el ambiente y no demoró en generar malestar dentro del sector marítimo-portuario uruguayo, que de inmediato recordó la figura de Horacio Tettamanti, quien durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ideó e instaló la resolución 1108, que prohibía que las mercaderías argentinas hicieran escala en puertos uruguayos.
También se recordaron las declaraciones de Hernán Orduna, funcionario abonado a múltiples organismos bilaterales con manifiesto desprecio por Uruguay.
En tanto, en un sondeo realizado por ComexLatam, fue inevitable recoger un paralelismo con lo que desde hace tiempo sucede en el Mercosur en relación a la oposición que ha recibido el actual gobierno uruguayo en su intención de avanzar sobre tratados de libre comercio.
Según algunos representantes del sector privado, en materia portuaria, existe en algunos actores argentinos una manifiesta animosidad, sin ningún esfuerzo por ocultarla, de NO dejar que Uruguay desarrolle sus proyectos.
Abonando esta sensación, en la misma conferencia, la participación del presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP) de Uruguay, Juan Curbelo, se vio irrespetuosamente interrumpida por ruidos y alarmas que aparecieron sorpresivamente. Ninguno de estos episodios fueron pasados por alto por el sector y, justo es decirlo, también motivaron un pedido de disculpas por referentes del ambiente en Argentina, encabezados por el ex jerarca Jorge Metz, que envió una carta dirigida a la autoridad uruguaya y al sector privado.
Por su parte, los representantes uruguayos en la CIP-OEA (léase Curbelo y la presidente del Centro de Navegación, Mónica Ageitos), hablaron de integración y complementariedad de los puertos como herramienta para el crecimiento de la región y de cada país.