El tráfico marítimo a través del Canal de Suez ha experimentado una disminución significativa, según el último Maritime Security Threat Advisory (MTSA) de la empresa británica de ciberseguridad Dryad Global.
Según reportó el medio especializado Portosenavios, el informe, publicado esta semana, revela que el tráfico a través del canal se redujo a más de la mitad entre mediados de diciembre y el 1 de abril.
Esta caída drástica ha generado una pérdida considerable de ingresos para Egipto, estimada en US$ 1.200 millones al cierre de marzo.
Dryad Global atribuye esta situación a varios factores, incluyendo el aumento de los costos de seguros, combustible y salarios, así como el desvío de barcos hacia rutas más largas alrededor del extremo sur de África. Este desvío, que añade 14 días adicionales de tránsito, se debe al conflicto en la región del Mar Rojo, que ha generado preocupaciones sobre la seguridad marítima.
La empresa de ciberseguridad también señaló en su informe que los hutíes, grupo insurgente en Yemen, han demostrado la capacidad y los recursos para ampliar sus ataques al transporte marítimo comercial. En los últimos meses, varios incidentes han indicado una expansión de su área de operaciones hacia el océano Índico, aumentando aún más los riesgos para los barcos que transitan por el Canal de Suez.
Para los expertos, el impacto económico de esta reducción en el tráfico no puede subestimarse. Egipto, que depende en gran medida de los ingresos generados por el canal, enfrenta un desafío económico significativo en un momento en que ya lucha contra los efectos de la inflación global y otros problemas económicos.
Las autoridades egipcias han expresado su preocupación por la situación y están trabajando en estrategias para mitigar el impacto económico y mejorar la seguridad en la región.
Sin embargo, con el conflicto en el Mar Rojo aún en curso y los costes operativos en aumento, encontrar una solución a corto plazo parece complicado.
Este escenario plantea una serie de desafíos para la industria marítima global, que debe equilibrar la necesidad de seguridad con la eficiencia operativa. Las rutas alternativas, aunque más seguras, implican tiempos de tránsito más largos y costos adicionales, lo que afecta a las cadenas de suministro internacionales.
La situación en el Canal de Suez es un recordatorio de la fragilidad de las rutas comerciales globales y de cómo los conflictos regionales pueden tener un impacto significativo en la economía mundial. La comunidad internacional sigue de cerca los desarrollos en la región, esperando una resolución que permita restablecer la normalidad en una de las vías marítimas más importantes del mundo.