La propuesta estadounidense de imponer tarifas millonarias por escala a los buques VLCC construidos en China podría generar consecuencias imprevistas en el comercio internacional. La Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR) está evaluando estas medidas como parte de su investigación sobre el dominio chino en la construcción naval, y se espera que el presidente Donald Trump emita un fallo tras el cierre del período de comentarios públicos el lunes.
Según el sitio Splash247, la USTR ha propuesto tarifas de hasta US$ 1,5 millones por escala en puerto para buques de origen chino y US$ 1 millón para operadores de estas embarcaciones, además de requisitos obligatorios de bandera estadounidense.
Dado que una gran parte de la flota mercante mundial incluye buques construidos en China, estas tarifas impactarían significativamente el comercio marítimo internacional.
Louis Sola, nominado por Trump para liderar la Comisión Federal Marítima (FMC), apoyó las medidas y declaró al Financial Times: «Necesitamos compensar los subsidios que China ha otorgado a su industria de construcción naval, combatir fuego con fuego», dijo.
China domina la cartera de pedidos de nuevos buques con un 53% de las construcciones en proceso, a pesar de que actualmente representa el 23% de la flota mercante mundial. En sectores claves, como el transporte de graneles secos y contenedores, su participación es del 50% y del 40%, respectivamente.
El banco de inversión Jefferies advierte que la incertidumbre ya está afectando el mercado, con operadores reconsiderando la renovación de contratos para buques chinos. Según sus cálculos, las tarifas de flete de contenedores desde Asia a la costa oeste de EEUU podrían aumentar en US$ 150 por teu, mientras que los costos de transporte de crudo podrían incrementarse en US$ 0,50 por barril.
Bimco, la mayor organización del sector naviero, señala que un VLCC de 300 mil dwt podría enfrentar tarifas superiores a los US$ 100 millones por escala portuaria, afectando gravemente los costos de transporte de EEUU y su competitividad en el mercado global.
Andrew Abbott, CEO de Atlantic Container Line, advirtió que la medida podría obligar a su empresa a abandonar el mercado estadounidense y despedir a su personal. Además, prevé que las tarifas de exportación de contenedores desde EEUU a Europa aumenten en 500% y las tarifas de importación 80%.
El impacto podría extenderse al sector agroindustrial. Los Anderson, gigante de granos en Ohio, estiman que los costos de exportación de granos podrían aumentar entre US$ 0,50 y US$ 1,25 por bushel, afectando los ingresos de los agricultores en hasta 30%.
Cary Davis, presidente de la Asociación Estadounidense de Autoridades Portuarias, instó a reconsiderar la propuesta, advirtiendo que podría provocar inflación, desempleo y un déficit comercial mayor. Según un estudio de Trade Partnership Worldwide, las exportaciones de EEUU podrían caer 11,97%, con un impacto significativo en el sector agrícola y energético.
El mercado naviero ya está reaccionando a la posibilidad de sanciones. Según el corredor BRS, los buques vinculados a China son cada vez menos atractivos para arrendamientos a largo plazo. Firmas legales como Hill Dickinson están revisando contratos de fletamento para adaptarse a posibles restricciones.
Clarksons Research estima que el año pasado se registraron, en puertos de EEUU, casi 37 mil escalas de buques que podrían verse afectados por la tarifa máxima. Mientras se espera la decisión final de Trump, las industrias naviera, portuaria y comercial siguen de cerca el desenlace de esta polémica propuesta.