Las negociaciones laborales entre la International Longshoremen’s Association (ILA), que representa a los estibadores de la Costa Este y del Golfo de Estados Unidos, y la United States Maritime Alliance (USMX), que reúne a los operadores portuarios, se retomarán el próximo martes 7 de enero, lo que significa un avance en un conflicto estancado desde mediados de noviembre.
Según informó la agencia Bloomberg, la ILA considera la lucha contra la automatización como una cuestión existencial y cuenta con el respaldo del presidente electo Donald Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero. Por su parte, la USMX defiende la modernización de los puertos para mejorar la eficiencia y atender las necesidades del comercio estadounidense. Argumentan que la automatización no solo incrementará la capacidad operativa, sino que también garantizará empleos a largo plazo.
En caso de no llegar a un acuerdo antes del 15 de enero, fecha límite establecida, una huelga podría generar serios trastornos logísticos y económicos. Las empresas importadoras y exportadoras enfrentarían retrasos en sus operaciones y un aumento en los costos de transporte. La naviera Hapag-Lloyd ya ha advertido la imposición de un recargo de US$ 850 para contenedores de 20 pies y de US$ 1,700 para unidades de 40 pies en caso de paralización.
Además, las líneas navieras podrían verse obligadas a cancelar itinerarios para evitar que sus buques queden varados fuera de los puertos. Esta medida, aunque podría beneficiar a corto plazo con un alza en las tarifas de fletes debido a la reducción de capacidad, generaría itinerarios poco confiables y clientes insatisfechos a largo plazo.
Impacto
Los economistas estiman que una huelga breve, de menos de dos semanas, tendría un impacto limitado en la economía de Estados Unidos, con pérdidas diarias proyectadas entre US$ 1.000 millones y US$ 5.000 millones, una fracción del Producto Interno Bruto nacional. Sin embargo, una crisis prolongada podría causar interrupciones en la producción industrial y reducir la confianza del consumidor, agravando las consecuencias económicas.
Mientras tanto, el conflicto y la incertidumbre ya están afectando las tarifas de transporte marítimo. Según el último World Container Index de Drewry, las tarifas spot para un contenedor de 40 pies entre Shanghái y Nueva York aumentaron 6.1% la semana pasada, mientras que la ruta a Los Ángeles registró un alza del 7.3%.
Con múltiples frentes de presión, incluidos los aranceles anunciados por Trump, la resolución del conflicto laboral portuario será clave para estabilizar las cadenas de suministro en 2025.