Grow Farms, una empresa enfocada en atraer y hacer crecer negocios en el sector agrícola, surgió en 2019 con el objetivo de desarrollar una plataforma Global Fulfillment Solution, para digitalizar todos los procesos que se hacen offline, como trader, con diferentes productos.
El principal producto de la empresa en Paraguay actualmente es la semilla de algodón, que pasó de ser material de descarte a un insumo para la elaboración de ración animal.
Además, la empresa trabaja con harina de soja, alfalfa, granos y oleaginosos.
ComexLatam dialogó con el fundador y CEO de Grow Farms, Gustavo Pardo Borgogno, quien explicó el desarrollo y los desafíos que la empresa sostiene en Paraguay.
¿Cómo surgió la idea de desarrollar este negocio?
El proyecto comenzó con un proceso de ensayo y error. Inicialmente, trabajamos con la semilla de algodón en volúmenes muy pequeños en Argentina, pero los resultados no fueron del todo satisfactorios para nuestros clientes finales. Esto nos llevó a analizar los datos y descubrimos que Paraguay contaba con una excelente fuente de este producto. En febrero de 2024 realizamos nuestra primera exportación, pero enfrentamos un obstáculo inesperado: los contenedores quedaron retenidos en el puerto debido a demoras en la emisión de permisos. Como suele ocurrir en América del Sur, los trámites fueron lentos, pero, finalmente, la operación logró concretarse. Contamos con el apoyo del presidente Santiago Peña, cuya intervención ayudó a flexibilizar varios de los procesos burocráticos. Así comenzó un camino que, con esfuerzo y aprendizaje, hoy nos permite mover más de 16 mil toneladas de producto, consolidando nuestra operación en la región.
¿Por qué el éxito en Paraguay, a diferencia de la experiencia en Argentina?
Argentina es un gran productor de semillas de algodón, pero enfrenta un desafío importante: la calidad del producto se ve afectada por el clima húmedo, a diferencia del Chaco paraguayo, donde las condiciones son mucho más favorables. Además, existe una diferencia notable en el nivel de industrialización y profesionalismo entre las algodoneras argentinas y empresas como Chortitzer en Paraguay, que han desarrollado procesos más eficientes y de mayor calidad. Esto pone en evidencia la necesidad de optimizar la producción en Argentina para competir en igualdad de condiciones en el mercado internacional.
¿Esto empezó como un negocio puntual o tenía más mercado?
En un principio, nuestras exportaciones estaban enfocadas en la alfalfa. Sin embargo, durante una reunión con uno de nuestros principales clientes, surgió la propuesta de explorar nuevas oportunidades con la semilla de algodón. El primer intento fue en Argentina, pero los resultados no fueron los esperados. A partir de esa experiencia, decidimos probar con Catar, donde logramos concretar nuestra primera operación exitosa. Esto marcó el inicio de nuestra expansión hacia Medio Oriente, la región con mayor demanda de semilla de algodón genéticamente modificada (GMO). Además de Medio Oriente, otros mercados clave para este producto incluyen Japón, Vietnam, Indonesia y Malasia. Por otro lado, la Unión Europea también representa un consumidor importante, aunque con una condición clave: allí solo se permite la importación de semilla de algodón no modificada genéticamente (no GMO). Este cambio en nuestra estrategia de exportación nos permitió diversificar nuestros mercados y consolidar nuestra presencia en el comercio internacional de semillas de algodón.
¿En qué está el proyecto hacia 2025?
Dentro de nuestra estrategia de abastecimiento, adquirimos una parte significativa de la producción de semillas de algodón en Paraguay, al menos en lo que respecta a Chortitzer. Es posible que una porción haya quedado destinada al mercado interno, pero ya hemos asumido compromisos para futuras campañas, asegurando la continuidad del negocio. De todas formas, en este sector, la empresa que realmente marca la tendencia en términos de precios y volúmenes es Chortitzer, cuyo posicionamiento y capacidad productiva influyen directamente en el desarrollo del mercado.
¿Cuál es el objetivo?
Nuestro objetivo siempre ha sido evitar concentraciones excesivas, tanto en proveedores como en clientes y productos. En este caso en particular, al tratarse de un producto que ha tenido una excelente aceptación en un mercado emergente como el árabe, buscamos consolidar un volumen determinado. La estrategia contempla destinar una parte de la producción a nuestros clientes más importantes, garantizando la continuidad de nuestras relaciones comerciales, mientras que otra porción se orientará a la exploración de nuevos mercados, fortaleciendo así nuestra presencia global.
¿La producción paraguaya alcanza para abastecer a esos mercados?
El volumen alcanza y se espera que en esta nueva campaña supere lo que fue la anterior; es decir, que haya sobreproducción.
¿Qué hacía Paraguay con este producto?
Anteriormente las semillas de algodón eran consideradas un subproducto sin valor y, en muchos casos, se desechaban. Hoy, sin embargo, han encontrado un nuevo propósito en el mercado, impulsando su demanda y revalorizando su producción. Gran parte de los suelos que actualmente se destinan al cultivo de semillas de algodón solían estar dedicados a la soja, lo que refleja un cambio en la planificación agrícola y en la optimización del uso de la tierra.
¿Y cómo es la industrialización?
Es aceite crudo de algodón, que se usa para biocombustible. Por lo general lo compran las petroleras.
¿Hay manera de procesarlo en Paraguay?
Chortitzer lo va a procesar. Fuera de que es un producto de calidad exportable, es importante tener en cuenta los parámetros que se requieren para la semilla de algodón. Se evalúa la proteína y la materia grasa. Esto en Paraguay es muy bueno debido a los suelos.
¿Qué cantidad de toneladas se va a exportar este año?
Mínimo habrá 15 mil toneladas de exportación.
¿Cómo evalúa la logística para este negocio?
Uno de los principales obstáculos que enfrenta Paraguay en el comercio internacional es la logística. A pesar de contar con precios competitivos, las dificultades en el transporte pueden encarecer los productos y restarles competitividad en los mercados globales. La Ruta Bioceánica podría ser parte de la solución, aunque la salida a través de Chile hacia Medio Oriente sigue siendo demasiado costosa. Actualmente, toda la mercadería se transporta en barcazas a través de la Hidrovía Paraguay-Paraná, lo que impone desafíos en términos de tiempos y costos. La logística no es solo un aspecto operativo; es un factor determinante que puede viabilizar o limitar un negocio. Sabemos que el producto que el cliente recibe desde Paraguay es superior en calidad, pero la falta de previsibilidad en el abastecimiento, debido a las variaciones logísticas, impide cerrar acuerdos de gran volumen. Este es, sin duda, el gran reto que enfrenta Paraguay. Si el país logra superar esta barrera, su potencial de crecimiento será imparable. Hasta entonces, la clave estará en sortear estas dificultades con eficiencia y planificación estratégica.
¿Qué otros productos van a trabajar este año en la región?
Desde Paraguay principalmente semillas de algodón, harina de soja, soja, maíz y algo de DDGS, como subproducto del maíz. Desde Argentina alfalfa.