El gobierno uruguayo liderado por el presidente Luis Lacalle Pou (centro derecha), que entró en funciones este 1 de marzo, rápidamente estableció los lineamientos en sectores estratégicos para su economía y que tienen estrecha vinculación con el relacionamiento regional.
Infraestructura, navegación, puerto, carreteras y relaciones internacionales tuvieron su destaque en los discursos de asunción, tanto del presidente como del ministro de Transporte y Obras Públicas, Luis Alberto Heber, y el canciller Ernesto Talvi.
En materia de navegación, el mandatario destacó en su discurso la posibilidad de utilizar “ríos y lagunas” para no descartar la creación de un puerto en el este del país, que sería de carácter oceánico y con condiciones de profundidad necesarias para los buques de última generación.
Asimismo, Lacalle Pou asumió el compromiso de “hacer viable la hidrovía del río Uruguay”, lo que que generaría “un fuerte alivio en el costo del traslado de bienes”.
El río Uruguay desemboca en el Río de la Plata, junto al Paraná y recorre todo el litoral oeste del país charrúa, limitando con Argentina y viniendo desde Brasil. Sin embargo, hoy la represa hidroeléctrica de Salto Grande (compartida con Argentina) impide la navegación fluvial desde y hacia el norte.
La intención del gobierno es construir las esclusas necesarias para realizar un by pass y permitir la navegación, que habilitaría a que los puertos uruguayos capten cargas de zonas productivas brasileñas.
Por su parte, en materia portuaria, Heber hizo foco en Montevideo (uno de los principales puertos de salida de la producción de los países mediterráneos como Paraguay y Bolivia) y destacó la importancia de competir en la región con eficacia, haciendo referencia a la necesidad de inversión.
“El puerto es clave para el Uruguay. Nuestra historia es la lucha de puertos y el Uruguay nace por la lucha de puertos. La inversión en el puerto es la mayor creación y respaldo de la soberanía nacional. No hay nada más nacional que tener un puerto eficaz, barato, competitivo, profundo y que pueda, de alguna manera, impulsar mayor trabajo, mayor empleo y mayor desarrollo”, dijo el secretario de Estado.
Carreteras
En su asunción, Lacalle Pou también destinó un párrafo para hablar de la necesidad de mejorar la infraestructura vial y explicó que es necesario un “debido análisis del tránsito futuro de mercaderías”.
Apuntó en ese sentido “al estímulo de algunas zonas del país” y manifestó “el compromiso de fortalecer algunos ejes viales, como por ejemplo el de ruta 6”, que va de sur a norte del país, atravesando la zona de influencia forestal y conectando con el sur de Brasil.
En tanto, Heber recalcó que “hay un atraso en infraestructura” y dijo que la cartera que encabeza se va “a hacer cargo”.
También en esto incluyó a los privados diciendo que “tienen que arriesgar, como arriesga el país y su pueblo con los impuestos” cuando se embarcan en áreas de infraestructura.
“Acá no importa quién haga las rutas, acá importa que se hagan las rutas. Por lo tanto, hagamos el esfuerzo el sector público y el sector privado para hacer la gran transformación que el país necesita en materia vial y en materia de transporte”, dijo el jerarca.
Al respecto, aseguró haber tenido “auspiciosas reuniones con el sector privado” y tener “crédito antes de empezar”.
Otro dato importante que aportó al asumir el cargo fue el de crear una auditoría para ver “cuál es el estado verdadero de las rutas” y conocer cómo y en qué se gasta el dinero.
Relaciones exteriores
En los primeros días del mandato de Lacalle Pou, sus pares de la región han recibido el mensaje de la apertura comercial que busca el nuevo gobierno, basado en una impronta de diplomacia más económica que política y pensando en el fortalecimiento del Mercosur, pero con la suficiente flexibilidad como para alcanzar acuerdos bilaterales cuando no se pueda negociar en bloque.
Esta postura coincide más con la dinámica brasileña y está bastante alejada de la concepción del gobierno argentino.
“Hay que fortalecer la región y el Mercosur, (pero) al mismo tiempo lograr flexibilizar el bloque, para que cada socio pueda avanzar en procesos bilaterales con otros países”, dijo Lacalle Pou.
Asimismo, se mostró proclive a “terminar los procesos e internalizar el tratado firmado por Uruguay y el Mercosur con la Unión Europea”.
“Los procesos iniciados deben terminarse. Si no se terminan generan descreimiento. No debe importar el signo político de cada uno de los miembros del Mercosur, pues para afianzar nuestros intereses en común debemos dejarlos de lado”, agregó el mandatario.
En la misma línea se pronunció el canciller Talvi, quien aseguró que “al margen de las tendencias actuales, no verán a esta cancillería caer nunca en la diplomacia de epítetos”.
Enfatizó que “se vienen otros tiempos (…), de activas negociaciones bilaterales y regionales que permitan modernizar el Mercosur hacia adentro, para potenciar el comercio y la cadena productiva, e impulsarlo al mundo para que cumpla el rol para que fue creado”.
Asimismo, destacó la importancia de “atraer inversiones al país”, de “abrirle mercados a los productos uruguayos”, para venderle al mundo “con trabajo de los uruguayos” y “no mandar uruguayos al mundo” para que encuentren trabajo”.
En otro orden, el canciller aseguró que, “ante todo”, Uruguay tiene claro que sus “relaciones son con Estados, no con gobiernos” y que su política exterior no estará basada, “nunca, en afinidades ideológicas circunstanciales”.
El actual gobierno uruguayo está conformado por la llamada coalición multicolor, que encabeza el Partido Nacional, del presidente Lacalle Pou, e integra al Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido de la Gente y Partido Independiente.
El ministro Heber pertenece al partido del mandatario, mientras que Talvi es el actual líder del Partido Colorado, el otro partido fundacional del Uruguay.
El anhelo de Uruguay de convertirse en la principal puerta de entrada al continente y en centro de distribución regional de mercaderías está claramente marcado y se ha establecido como política de Estado desde la ley de puerto de 1992, en momentos del último gobierno nacionalista que ejerciera Luis Alberto Lacalle Herrera, padre de Lacalle Pou.
Hoy esa visión continúa vigente y en ella se enmarca la impronta del nuevo gobierno.