El sector de la exploración y producción en alta mar (offshore) enfrenta transformaciones clave que marcarán su rumbo hacia 2025. Según información del portal Más Energía, las tendencias tecnológicas avanzadas y los cambios en las políticas energéticas globales están impulsando una evolución significativa en las operaciones de aguas profundas y ultraprofundas, consolidando su posición como uno de los segmentos más dinámicos de la industria hidrocarburífera.
La creciente demanda de hidrocarburos ha provocado un notable incremento en las perforaciones en aguas profundas y ultraprofundas. Según Wood Mackenzie, la producción en aguas profundas aumentará 60% para 2030, representando el 8% de la producción global de petróleo y gas.
En el segmento ultraprofundas, se espera que alcance la mitad de toda la producción en aguas profundas, con una proyección de más de 17 millones de barriles de petróleo diarios (boe/día) hacia finales de la década.
Empresas como Transocean, Noble Corporation y Valaris han reportado carteras combinadas por US$ 23.220 millones al cierre del tercer trimestre de 2024, mostrando perspectivas alcistas.
Por su parte, un informe de Precedence Research señala que el mercado global de perforación offshore podría alcanzar los US$ 80.640 millones para 2033, con Asia-Pacífico liderando este crecimiento gracias a la inversión de gigantes petroleros en China e India.
Inversiones y proyectos
Aunque el gasto de capital en offshore podría mantenerse estable en 2025, con inversiones estimadas en US$ 50.000 millones, se prevé la aprobación de proyectos clave como Venus, en Namibia, y otros en el Mediterráneo oriental e Indonesia. Chevron y Eni lideran iniciativas estratégicas en Israel, Chipre e Indonesia, consolidando su presencia en este sector.
En China, la Corporación Nacional de Petróleo (CNPC) continúa explorando nuevas fronteras con un sondeo en aguas ultraprofundas de hasta 11 mil metros, marcando un hito en su camino hacia la autosuficiencia energética. India también da pasos firmes en la exploración en el golfo de Bengala, con inversiones superiores a los US$ 10.000 millones por parte de ONGC.
A pesar del optimismo, el mercado offshore enfrenta retos como el posible debilitamiento del mercado petrolero. Sin embargo, la transición energética y las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades para maximizar la eficiencia y la sostenibilidad en las operaciones.
Con un panorama dinámico y en evolución, el offshore se posiciona como un pilar fundamental para satisfacer la creciente demanda energética global, mientras adopta estrategias innovadoras para enfrentar los desafíos del futuro.