Francia organizó una reunión con diez países de la Unión Europea para discutir el futuro del acuerdo comercial con el bloque sudamericano Mercosur, en medio de una creciente crisis arancelaria tras el giro proteccionista de Estados Unidos.
Según América Economía, a pesar de las reticencias históricas de Francia frente al tratado, la videoconferencia –liderada por el ministro delegado para Europa, Benjamin Haddad– buscó explorar salidas viables al estancado acuerdo que lleva más de dos décadas de negociaciones. La iniciativa se presenta como una posible estrategia para contrarrestar el impacto que los aranceles estadounidenses puedan tener sobre las exportaciones europeas.
El encuentro reunió a países que previamente habían encabezado la oposición al pacto, principalmente por las preocupaciones del sector agrícola ante la posible competencia desleal con productos procedentes de países con regulaciones medioambientales más laxas, como la carne vacuna y los cereales.
Desde la oficina de Haddad informaron que se propuso incluir una cláusula de escape automática para productos agrícolas, que permita restringir temporalmente las importaciones en caso de un aumento repentino que ponga en riesgo los mercados europeos. Aunque el acuerdo ya contiene una cláusula general de salvaguardia, funcionarios franceses sostienen que su aplicación es demasiado compleja y poco efectiva en situaciones de crisis.
«En el actual contexto geopolítico, todos los participantes están de acuerdo en lo importante que es diversificar las asociaciones comerciales», declaró un portavoz del ministro a Reuters. «Sin embargo, no pueden aceptar un acuerdo desequilibrado que no proteja a sus agricultores», añadió.
Esta nueva postura indica que los países europeos más críticos podrían estar dispuestos a construir un consenso con la Comisión Europea, buscando fórmulas que permitan avanzar con el acuerdo sin desatender las demandas internas. Con el contexto internacional cambiante, América Latina aparece como una opción estratégica para la diversificación de los mercados europeos.
Francia no está sola en esta posición: ha contado con el respaldo de Países Bajos, Austria, Irlanda, Polonia y Hungría en su resistencia al acuerdo con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, miembros del bloque Mercosur.