La navegabilidad en la hidrovía es un tema central para el transporte fluvial y su eficiencia. En este contexto, el Ingeniero Naval Gustavo Alonso expresó a través de sus redes sociales su opinión sobre las mejoras necesarias: «En mi opinión, lo que necesita el río es algo de mejora de la navegabilidad y mucho de cambiar el mal diseño de las embarcaciones que se han utilizado hasta hoy».
Consultado por Comexlatam, Alonso amplió su perspectiva destacando la importancia de integrar tecnología adecuada y contar con información actualizada del río. «Esta tecnología de navegación que se conoce hace muchos años pero no se aplicaba, está siendo integrada hace un tiempo por algunas empresas. Es algo parecido a las cartas náuticas, básicamente es navegación electrónica», explicó. Además, resaltó que «hay iniciativas privadas que van por la navegación electrónica, asistencia electrónica de cartas náuticas e instrumentos de navegación, pero creo que hay que ajustarla más».
En cuanto al diseño de las embarcaciones, el experto señaló que es un problema regional de ingeniería naval, indicando que solo el 10% de la flota actual está diseñada adecuadamente para el río, mientras que el 50% de las embarcaciones está mal aprovechado debido a dimensiones incompatibles con la hidrovía. «Estamos hace décadas usando, importando o copiando diseños americanos. Algunos fueron buenos, otros mediocres, y otros realmente malos. Son embarcaciones con diseño y tecnología antiguos, de la época en que no importaba lo que consumía un motor. Hoy ya no funciona así, hay que tener mucha eficiencia hidrodinámica, hoy la arquitectura naval de los remolcadores y las barcazas tiene que ser fina porque tranquilamente un 10% o 20% del combustible te come un mal diseño», agregó.
Sobre las soluciones a este problema, Alonso aseguró que la primera medida es recurrir a estudios específicos de ingeniería para diseñar barcazas y remolcadores adaptados a la hidrovía. «Venimos de tendencias de copiar, por ejemplo, remolcadores que anduvieron bien en el Mississippi y bajarles el calado, pero muchas veces sin contar con estudios específicos. Básicamente, la fórmula ha sido bajar el calado y agregar potencia. En los últimos años se fue aumentando la potencia de los remolcadores, teniendo menos río, lo que técnicamente es un error. Se debería buscar mejor propulsión en lugar de más potencia. Creen que con más potencia empujan convoyes más grandes con poca agua, y este es el primer error evidente que hay que cambiar», enfatizó.
Para mejorar la eficiencia, Alonso propone diseños de propulsión de alto rendimiento que permitan mover las mismas toneladas consumiendo menos combustible. Consultado sobre la posibilidad de reemplazar toda la flota, afirmó: «Creo que paulatinamente, a medida que los armadores vayan reemplazando sus embarcaciones, deben optar por diseños adaptados a este río. Algunos diseños en funcionamiento pueden ser adaptados para mejorar la propulsión».
Finalmente, destacó que algunas empresas ya han comenzado a implementar estas mejoras, aunque de manera discreta. «Esto se puede hacer, quizá no sea muy popular, pero algunas empresas ya se dieron cuenta de esto y están accionando al respecto. Calladamente, están incorporando tecnología naval en el diseño de las embarcaciones. Descubrieron que este es un gran secreto que nadie había tocado hasta el momento».