El gobierno argentino decidió dar un nuevo giro para el futuro puerto de Buenos Aires y decretó el llamado a licitación para dos terminales, dejando atrás el modelo de terminal única planteado en el gobierno anterior, aunque sin éxito y en un proceso que se encontraba detenido.
La nueva medida, firmada por el presidente Alberto Fernández, establece un esquema de dos terminales, una exclusivamente para el manejo de contenedores y otra que operará con cruceros y contenedores.
En otro orden la normativa dispone que la Administración General de Puertos (AGP) debe garantizar los puestos de trabajo de todos los empleados de las concesiones actuales y encomienda al organismo que diseñe los nuevos pliegos sobre los lineamientos establecidos.
En ese sentido, la AGP deberá también adecuar los contratos de concesión de las actuales terminales del puerto de Buenos Aires para acompasar la transición del modelo actual al nuevo orden establecido y la toma de posesión de los futuros concesionarios.
El decreto correspondiente ya fue publicado en el Boletín Oficial del gobierno argentino, por lo que la medida ya se encuentra en vigencia.
En una lectura inicial, el puerto de Buenos Aires cambia de modelo, pero se deja atrás la idea de terminal única, lo que había generado varias polémicas en su momento y un proceso licitatorio con prórrogas y suspensiones.
Pero en este caso, las primeras reacciones de algunos actores del sector, consultados por ComexLatam, apuntan a la medida en que la AGP debe garantizar los puestos de trabajo de las actuales concesiones.
Según entienden, esa obligación para el organismo estatal resta posibilidades de modernización y le quita competitividad al puerto de Buenos Aires respecto de sus competidores de la región.