El combate al narcotráfico en la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP) es motivo de desvelo para los actores de dicha vía navegable y al respecto se han ensayado varias medidas de contingencia.
Ahora es turno de los agroexportadores argentinos, que suman esfuerzo y anuncian métodos de videovigilancia para combatir un flagelo que afecta a toda la región.
A tales efectos, según informó el diario local La Nación, se instalarán antenas satelitales en los remolcadores, lo que permitirá el monitoreo de la navegación durante “1.400 kilómetros por el río Paraná hasta Rosario”.
En ese sentido, se entiende que esta herramienta servirá para suplir la falta de controles de Prefectura en algunos tramos que se prestan para considerarse críticos y que se identifican como “puntos ciegos” en el tramo que va desde Corrientes a Rosario.
Algunos hechos relacionados con la inseguridad por narcotráfico, encendieron las alertas de los empresarios y, ante ello, las empresas integrantes de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), hicieron foco por primera vez “en la seguridad interna para tratar de evitar que puedan enfrentar problemas en las terminales con la posible introducción de un cargamento de droga, que afectaría a nivel económico a las compañías, en su mayoría multinacionales”, indicó La Nación.
Sin embargo, algunos especialistas entienden que las medidas adoptadas no tendrán ningún efecto y que se tratan de iniciativas que no valen la pena.
Tal es el caso del ingeniero naval Gustavo Alonso, con más de 25 años de experiencia en operaciones náuticas de flotas y puertos fluviales, quien entiende que las medidas anunciadas son para “tribunear” y las consideró “naif”.
En una columna de opinión publicada en la revista Desafío Exportar, Alonso asegura que puede “manifestar vehementemente” su “desazón al ver el grado de inefectividad de tales medidas”.
En ese sentido, afirmó que no existen tales puntos ciegos y recordó que “casi todos los remolcadores (ya) tienen plena conectividad porque, de hecho, la necesitan para sus propios sistemas de control, comunicaciones con la empresa y para asistencia a los instrumentos periféricos de navegación”.
En otro orden relató: “Seamos claros, si alguien piensa que un convoy va parando y levantando paquetes y los esconde en diabólicos doble fondos para desembarcarlos en algún puerto de la zona de Rosario, nada más ingenuo que eso”.
Asimismo, recomendó que las autoridades deberían hacer “un poco de inteligencia para tratar de entrar profesionalmente al conocimiento de ese mundo, en vez de hacer el ridículo con propuestas infantiles que no están a la altura de la gravedad de los hechos”.
De esta manera, las dos visiones quedan contrapuestas mientras la seguridad en la HPP sigue siendo una preocupación de actores de toda la cadena.