En una visita que tomó por sorpresa a propios y ajenos, el presidente argentino Javier Milei viajó ayer a Paraguay para reunirse con su par Santiago Peña. El encuentro tuvo lugar en el Palacio de López y fue anunciado apenas con unas horas de anticipación, lo que generó múltiples especulaciones sobre los motivos reales del viaje.
Sin acceso a la prensa ni espacio para preguntas, el breve contacto con los medios dejó en claro que el encuentro tuvo un tono marcadamente político e ideológico. “Argentina y Paraguay coinciden en que el camino hacia la prosperidad no es otro que el de la desregulación y el superávit fiscal”, afirmó Milei, dejando en evidencia una sintonía con la visión económica del gobierno paraguayo.
Durante su intervención, el mandatario argentino elogió con énfasis el modelo económico paraguayo: “En las últimas décadas, Paraguay aplicó diligentemente las ideas de la libertad económica. Como resultado, superó la inflación, no para de crecer hace más de 20 años y, gracias a esto, atrae inversores y residentes de todo el mundo. Evidentemente, algo están haciendo bien”.
Milei también aprovechó la ocasión para lanzar definiciones ideológicas que resonaron en la región. “Al bien común se llega a través de las ideas de la libertad y no desde la idea de la justicia social, que es la redistribución forzosa de la riqueza sobre la cual trabajan los colectivistas”, señaló, y agregó que espera que “un continente que durante demasiado tiempo ha sufrido en tantos lugares los embates del populismo pueda de una vez por todas salir adelante”. Concluyó con una frase que marca su visión para el futuro regional: “No tengo dudas de que tanto Argentina como Paraguay serán un ejemplo para toda Sudamérica”.
Del lado paraguayo, el presidente Peña bajó el tono al destacar que la reunión fue una “conversación entre economistas”, aunque en los pasillos políticos y diplomáticos se leyó como mucho más que eso.
Para analistas y observadores internacionales, la visita relámpago responde a una estrategia clara de Milei: construir una alianza ideológica con Paraguay que le permita contrarrestar el liderazgo de Brasil en el Mercosur, encabezado por Luiz Inácio Lula da Silva. También se interpreta como un gesto de distanciamiento respecto a Uruguay.
Con la próxima cumbre del Mercosur en el horizonte, este acercamiento entre Buenos Aires y Asunción parece configurar un nuevo eje dentro del bloque regional, basado en coincidencias liberales y una visión crítica del populismo. “No hay fórmulas extravagantes, sino la convicción de que la libertad es el único camino posible”, sentenció Milei, reafirmando su apuesta ideológica tanto hacia dentro como fuera de su país.