Por Gonzalo G. Arias.
25 años en CARP.
Apasionado rioplatense.
Especial para ComexLatam.
En una columna anterior (https://www.comexlatam.com/opinion-barajar-y-dar-de-nuevo/) hice votos por una futura integración plena del canal Martín García al sistema de navegación del área
de la Hidrovía, motivado en la optimización del uso de los recursos económicos, el menor daño medioambiental y la continuidad del proyecto binacional de una obra que tiene gran potencial para generar las inversiones y reducir costos.
Y como sucede en muchos ámbitos, hoy vengo a renovar esos votos.
Llama la atención que importantes estudios como el elaborado por LatinoConsult para la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) o el estudio “Análisis de alternativas de la Vía Navegable Troncal” (VNT), redactado para la Cámara de Puertos Privados Comerciales, excelentes y muy recomendables para su lectura, citan el potencial de la ruta por los brazos del (Paraná) Bravo/Guazú y Pasaje Talavera. Pero todo se diluye cuando llegan al punto de la administración del canal Martín García bajo dominio de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP).
Cito a continuación algunos párrafos del segundo estudio mencionado:
“No se plantearon mayores intervenciones en esta vía complementaria porque, tal como ya se indicó, la administración de los canales de Martín García está a cargo de la CARP, que tiene contratos de concesión hasta 2024, prorrogables hasta 2028.
En cualquier caso, la gestión de estos canales cae por fuera del proceso licitatorio de la VNT”.
“Tal como ya se indicó, la gestión de los canales de Martín García está en manos de la CARP, que tiene un contrato de concesión hasta 2023, prorrogables hasta 2028. En consecuencia, la discusión sobre las alternativas de traza es ociosa en relación al proceso licitatorio de la VNT.”
Otras menciones similares se encuentran en el estudio encomendado por la BCR. Parece haber un aire a “de eso no se habla” en cuanto al Martín García, tal vez por una estrategia argentina de contar con vías navegables con control exclusivo y no compartido, o tal vez porque se crea que el Martín García solo favorece a Uruguay. O que la administración por la CARP no lleva el timing de los canales argentinos. Visiones que considero totalmente erróneas porque ha surgido, luego de la firma del Tratado del Río de la Plata, un verdadero río binacional y no hace falta detallar el extenso listado de obras que han sido sometidas a la aprobación de la otra parte para demostrarlo, ya hay bastante experiencia para poder operar en conjunto.
Basta con entender que cualquier ampliación de los canales bajo administración argentina tendrán que pasar por el tamiz uruguayo, del mismo modo que el canal de acceso a Montevideo lo hizo por el filtro argentino, y que esos canales argentinos conectan y dan vida al Martín García. Así será de interés de Uruguay la profundización de los canales argentinos a la par que Argentina tenga presente el espíritu de las Notas Reversales(*) para profundizar el Martín García. Se trata de un juego de equilibrios con reglas que pueden brindar mejoras a ambos países, solo falta ponerse en marcha.
La profundización de los brazos del Bravo y Guazú, junto al Pasaje Talavera, pueden significar una señal para inversiones en la provincia de Entre Ríos, claramente para el puerto de Ibicuy que hoy tiene muelle y profundidad para recibir un Panamax. Con las inversiones adecuadas ese buque podría zarpar con bodegas cargadas de producción argentina, boliviana, paraguaya y brasileña.
Y si se alcanzaran los 42 pies propuestos por la BCR, seguramente más inversiones se desarrollarían.
Por su parte, con mayor profundidad, Uruguay podría incrementar los servicios de carga en sus puertos y desarrollar nuevas inversiones (ya sue- nan algunas). A la profundización del Martín García debe sumarse los proyectos previstos para el Río Uruguay con las posibles inversiones que también podrán desarrollarse en sus orillas.
Además, no podemos dejar de lado la máxima “no hay plata” (NdeR: popularizada por el presidente argentino Javier Milei al asumir el mando). Y es cierto, muy cierto. Y si la hubiera, ¿habría que derrocharla?
Derrocharla es dragar dos canales en paralelo, como lo son el Emilio Mitre y el Martín García, cuando se puede dejar a uno de ellos para la navegación en lastre con menor requerimiento de calado y el otro para salir con bodegas llenas.
(*) acuerdos bilaterales celebrados para un fin específico.