Los comerciantes de pescado en Madrid, representados por la federación gremial Fedepesca, anunciaron su decisión de unirse a las manifestaciones del sector agrario en respuesta a las dificultades que enfrenta la industria agroalimentaria.
Esta decisión se condiciona a que las protestas sean «organizadas», permitan el normal desarrollo de las actividades comerciales y no afecten la circulación de alimentos.
La directora de Fedepesca, María Luisa Álvarez, informó a la agencia española de noticias EFE que esta determinación se tomó durante una reunión extraordinaria en la que los detallistas acordaron participar en «movilizaciones organizadas» debido a la situación complicada que atraviesa el comercio tradicional de pescado.
Fedepesca se encuentra entre las organizaciones del ámbito pesquero que están considerando unirse a las manifestaciones lideradas por agricultores y ganaderos en protesta contra las políticas de la Unión Europea (UE), la burocracia excesiva y para abogar por soluciones que beneficien a la cadena alimentaria.
Álvarez señaló que el sector pesquero está en contacto con organizaciones como Unión de Uniones, que tiene un calendario propio y prepara una tractorada en Madrid el 21 de febrero. Asimismo, defendió que las protestas sean organizadas y que se deje trabajar a los detallistas tradicionales de alimentos.
En un comunicado, Fedepesca expuso las razones y señala que “las pescaderías tradicionales españolas son negocios regentados mayoritariamente por autónomos y su viabilidad se encuentra fuertemente comprometida”, de acuerdo con la patronal, que ha recordado que desde 2007 se ha perdido el 30% del empleo.
El comercio tradicional de pescado representado por Fedepesca abarca 6.200 establecimientos que dan trabajo a 23 mil personas.
Por otra parte, la protesta de agricultores ya cumplió una semana con tractoradas y cortes de carreteras en todo el país, incluida la provincia de Madrid, donde ya se manifiestan las organizaciones mayoritarias y productores en contra de las normativas de globalización (incluidas las negociaciones para un tratado con el Mercosur) que son vistas como una amenaza para el sector local.