Las cancelaciones de las escalas en el puerto de Montevideo de dos buques de la naviera Cosco ha generado inquietud en varios actores del sector.
Más allá de las razones (que se explican más adelante), distintas fuentes consultadas, tanto privadas como públicas, coinciden en que la situación afecta la imagen hacia el exterior del principal puerto del país.
Esta alarma se encendió con la decisión de la línea china de no entrar a Montevideo con el servicio FESA (conexión con Lejano Oriente), que también componen las navieras CMA-CGM y Evergreen.
Los buques que han dispuesto las compañías para esta operativa tienen una eslora de 336 metros y una manga de 51 metros, lo que generó algunos inconvenientes.
En principio, la Prefectura Nacional Naval (PNN) recomendó no operar en los muelles públicos (donde se atendía este servicio) con navíos de semejante tamaño. La autoridad marítima entendió que la estructura de un freu del muelle de cintura dificulta la maniobra de atraque en los primeros puestos interiores del puerto.
Posteriormente, la PNN autorizó el atraque en el muelle C (público), teniendo en cuenta varias condiciones.
Pese a esta última autorización, y ante el primer análisis de la PNN, Cosco solicitó operar en Terminal Cuenca de Plata (TCP). Pero la situación no quedó exenta de polémica, ya que el Sindicato Único Portuario y Ramas Afines (Supra) anunció un paro de 72 horas si uno de los barcos del servicio FESA operaba en TCP.
Al respecto, el Supra emitió un comunicado en defensa de los trabajadores de Montecon, argumentando la pérdida de jornales por el cambio del servicio hacia la terminal especializada.
Consultados por ComexLatam, los representantes de los trabajadores de Montecon dijeron que la cancelación redundaría en pérdida de “seis jornales”, pero no supieron indicar cuántos trabajadores serían afectados.
Fórmula rechazada
En medio de la encrucijada que involucró a operadores, navieras del servicio FESA y a la Administración Nacional de Puertos (ANP), Cosco anunció la llegada de su barco para operar en TCP, pero la fecha indicada tenía a la terminal sin muelle disponible, ya que debe cumplir con las ventanas de atraque comprometidas a otros servicios.
Ante el nuevo problema los operadores diseñaron una fórmula para poder llevar a cabo la atención del buque. Basándose en la autorización de la PNN para operar en el muelle C, propusieron que el barco de Cosco descargara en dicho muelle (unos 600 contenedores con operativa de Montecon) y que, a su salida, levantara los 400 contenedores que esperaban en TCP, que ya tendría espacio para recibirlo.
La fórmula planteada no fue aceptada por la naviera, argumentando duplicación de costo y el incremento del tiempo de operación.
Entonces, más allá de que el sindicato de Montecon había aceptado la fórmula y se evitaría el paro, todo quedó en la nada con la negativa de Cosco.
Con los hechos consumados, ComexLatam volvió a consultar por la situación de los trabajadores de Montecon, a lo que desde el sindicato indicaron que debido a los atrasos existentes en la llegada de otros buques, trabajaron con normalidad.
Entonces, la pregunta que surge es qué hubiese pasado si el buque de Cosco llegaba para operar en muelles públicos.
Según una de las fuentes del sindicato, la respuesta es que “a Montecon le falta gente, entre 20 y 25 operarios, y no toma por una decisión de la empresa, que no se encuentra en una posición segura como para tomar gente que luego tiene que despedir”.
En ese sentido, el sindicato asegura que la empresa decide trabajar con una mano menos, lo que hace perder productividad.
En otro orden, algunos actores del ambiente marítimo-portuario opinaron que la cancelación por parte de Cosco fue un “alivio” para ANP, porque evitó estar en medio de un escenario de conflicto e intereses encontrados.
Tendencia que preocupa
Mientras tanto, el análisis del sector muestra preocupación porque entiende que la cancelación de estas escalas tienen que ver con una tendencia que comenzó con la naviera CMA-CGM que, informalmente, ya manifestó su intención de terminar sus servicios en Brasil y no ingresar al Río de la Plata en la próxima escala.
Asimismo, también se anunciaron molestias desde Paraguay por las demoras y los paros en Montevideo, lo que ha generado que algunas empresas sigan evaluando operar en el puerto de Buenos Aires.
Ante esta situación, cabe recordar que hay muchos planes y proyectos, públicos y privados, que apuestan por el puerto como hub regional, pensando en la carga de los países vecinos y en la llegada de los grandes buques.