El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado controversia al sugerir que el país norteamericano podría recuperar el control del Canal de Panamá, alegando que China lo controla ilegalmente y aplica tarifas excesivas a los buques estadounidenses. Sin embargo, estas afirmaciones han sido contundentemente desmentidas por expertos y funcionarios panameños.
Jorge Luis Quijano, exadministrador del Canal de Panamá, explicó que la vía que une los océanos Pacífico y Atlántico ha estado bajo la administración panameña desde 1999, a raíz del tratado Torrijos-Carter.
«No hay presencia de soldados chinos ni injerencia de China en la operación del canal», afirmó Quijano, quien también destacó que las inversiones chinas en este son mínimas y están limitadas a actividades comerciales ordinarias.
Por su parte, el economista especializado en temas hídricos, Eduardo Segarra, respaldó estas declaraciones, mencionando que proyectos como el cuarto puente sobre el canal, a pesar de ser construido por una empresa china, son financiados por bancos internacionales. Las tarifas aplicadas por el canal son transparentes y no discriminan entre las naciones, desmintiendo la idea de tarifas preferenciales para algún país.
Los tratados entre Panamá y Estados Unidos garantizan la neutralidad del canal, permitiendo intervención militar solo en circunstancias excepcionales, algo que no se ha presentado en los 25 años de administración panameña.
Las aseveraciones de Trump han sido calificadas como infundadas por Quijano y Segarra, quienes enfatizan que el Canal de Panamá es un símbolo de la soberanía nacional.
El Canal, que representa el 5% del comercio mundial, generó ingresos de aproximadamente US$ 5.000 millones en 2024, contribuyendo con US$ 2.470 millones al Estado panameño. Su importancia en el comercio internacional continúa siendo vital, a pesar de los retos como la escasez de agua y la competencia de rutas alternativas.
Los entrevistados plantearon que las declaraciones del exmandatario estadounidense sobre tarifas «exorbitantes» y posibles acciones militares son inaceptables.
Asimismo, subrayaron que el Canal de Panamá sigue siendo una opción competitiva frente a otras rutas, como el Canal de Suez, y que el comercio internacional sigue su curso entre Panamá, Taiwán y China, a pesar de cambios diplomáticos recientes.
Cualquier intento de intervención en el canal debe ser rechazado por la comunidad internacional, coinciden los expertos, reafirmando el compromiso con la soberanía panameña y la gestión responsable del canal.