El sector industrial de Rio Grande do Sul se encuentra a la cabeza de las pérdidas económicas después de las devastadoras lluvias e inundaciones que azotaron al Estado, según un análisis del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (Ibre/FGV) publicado en Valor Internacional.
Las cifras revelan que las ciudades afectadas por estas tragedias representan el 92% del sector industrial, el 91% de la economía de servicios, el 88% de la administración pública y el 79% de la agricultura y ganadería del Estado.
Estas conclusiones fueron extraídas por Claudio Considera y Juliana Trece, economistas del Ibre/FGV, tras evaluar el impacto en 397 municipios afectados por las lluvias, utilizando datos de la Defensa Civil estatal.
Los economistas resaltaron que las inundaciones han interrumpido completamente o parcialmente todas las vías de transporte, incluyendo carreteras estatales, ferrocarriles y tráfico aéreo, lo que ha obstaculizado severamente la conectividad y la logística necesaria para la actividad industrial y comercial.
Trece enfatizó: «Es un desafío medir (las pérdidas) porque aún no termina; las lluvias continúan en el Estado. Todo está afectado. No se puede atribuir simplemente a las zonas donde el agua se ha apoderado por completo. Es realmente un desafío medir el alcance total del impacto».
Por su parte, Considera indicó que «muchas fábricas no fueron destruidas por las lluvias, pero están paralizadas porque no tienen forma de recibir insumos ni de transportar la producción».
Las consecuencias de esta crisis no se limitan al ámbito estatal, ya que los economistas también advierten sobre un impacto negativo en la economía nacional de Brasil para este año. «No se puede ignorar el impacto de lo que está sucediendo en la economía de Rio Grande do Sul en la economía de Brasil», expresó Trece.
La agricultura, otro pilar fundamental del Estado, también ha sido gravemente afectada. Considera señaló que Rio Grande do Sul es el mayor productor de trigo de Brasil, y que los cultivos de arroz, avena y aceitunas representan el 70% o más de la producción nacional.
Trece agregó: «Todo eso [menor oferta de alimentos por pérdida de producción] tendrá un impacto en los precios y en la inflación en su conjunto».
Estos datos reflejan un panorama desafiante para Rio Grande do Sul, cuya economía ya mostraba signos de debilitamiento antes de esta crisis. Los expertos destacan la necesidad urgente de medidas gubernamentales preventivas y una transición hacia un modelo de producción más sostenible para mitigar futuros desastres.
Los economistas concluyen que las repercusiones de esta catástrofe seguirán resonando en la economía regional y nacional durante el transcurso del año, subrayando la importancia de una respuesta coordinada y efectiva para abordar las consecuencias económicas y sociales de este desastre sin precedentes.