La Unión Europea (UE) y el Reino Unido anunciaron la suspensión total de las importaciones de carne vacuna de Brasil, luego de que reguladores europeos advirtieran que el país sudamericano no podía garantizar la ausencia de estradiol, una hormona de crecimiento prohibida en el viejo continente por riesgos para la salud humana.
El estradiol, utilizado en varios países para acelerar el crecimiento del ganado, está estrictamente vetado en la UE y recientemente una auditoría detectó graves deficiencias en el sistema de trazabilidad del ganado en Brasil, concluyendo que el país no cumple con los controles necesarios para asegurar la calidad de sus exportaciones cárnicas.
La suspensión golpea a la economía brasileña, donde el sector de carne vacuna es clave. Según datos de Agrifatto, el Reino Unido representa el 6,9% de las exportaciones brasileñas de este rubro.
En los primeros ocho meses de 2024, las ventas de carne a la UE y al Reino Unido generaron ingresos por €521 millones, frente a los €675 millones del año anterior, lo que pone en riesgo a productores y exportadores.
Un año para ajustarse
Según informó agrolatam.com, Brasil tiene un año para establecer un nuevo protocolo de certificación que cumpla con los estándares europeos, pero se desconoce si logrará adecuarse a las estrictas normativas en el tiempo estipulado.
Asimismo, evaluó que la prohibición también afecta al mercado europeo, donde los consumidores podrían enfrentar escasez de ciertos productos cárnicos y un posible aumento de precios.
En este escenario, Argentina y Australia podrían cubrir la demanda, pero deberán cumplir con los mismos estándares de calidad. La situación plantea retos para la seguridad alimentaria, demandando a Brasil no solo corregir el problema del estradiol, sino también mejorar su sistema de control para recuperar la confianza europea y retomar sus exportaciones.